El modelo del queso suizo de la prevención
En 1990, James Reason, PhD, introdujo el "Modelo de queso suizo" que se ha adoptado para mejorar la seguridad en muchas industrias. En cualquier entorno laboral, existen riesgos inherentes. La mayoría de las veces, estos riesgos nunca se toman en cuenta porque existen salvaguardas para prevenirlos. Estas salvaguardas están representadas en su modelo como múltiples capas de queso suizo. Sin embargo, todo proceso tiene "agujeros" que, en las circunstancias adecuadas, pueden alinearse y dar lugar a un error, accidente o "peligro", como lo describió Reason.
La pandemia de COVID-19 requiere múltiples capas de protección para mantener seguro el lugar de trabajo. Estas capas de queso suizo sirven como protección para su organización y su gente. Cuando se usan juntos de manera consistente, los agujeros (o debilidades) en cualquier capa de protección deben compensarse con los puntos fuertes de otra capa de intervención. Según el modelo de Reason, cuantas más capas de intervenciones efectivas se implementen, es menos probable que su empresa contribuya a la propagación de COVID-19. Por ejemplo, cubrirse la cara puede ralentizar la propagación del COVID-19 y ayudar a evitar que los portadores presintomáticos lo transmitan a otras personas sin saberlo. Sin embargo, ninguna mascarilla es 100% efectiva. Mantenerse a 6 pies (1,5 mts) de otras personas en su lugar de trabajo es una forma eficaz de reducir la transmisión del virus, pero no siempre es posible. El equipo de limpieza y desinfección es extremadamente importante, pero es imposible mantener una superficie completamente desinfectada entre limpiezas. Lavarse las manos con frecuencia es esencial para prevenir la propagación del virus y es solo un elemento de una estrategia más amplia de prevención de infecciones. Alentar a sus empleados a recibir la vacuna COVID-19 cuando sean elegibles ayudará a las comunidades a desarrollar inmunidad colectiva. Si bien cualquiera de estas intervenciones no es perfecta, cuando se usa junto con una gama más amplia de prácticas de seguridad, el riesgo de transmisión de COVID-19 se reduce significativamente.
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